martes, 21 de agosto de 2012

Poemas soñadores

Hace unos días que no recuerdo mis sueños pero tenía ganas de publicar algo por mi cumple así que he pensado en buscar algunos poemas que hablen sobre sueños; espero que os gusten.


El sueño, Jose Luis Borges

Si el sueño fuera, como dicen, una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?

¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora

de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra

y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?


Rimas, de Gustavo Adolfo Béquer

 "Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión;
de ansia de goces mi alma está llena;
¿a mí me buscas? -No es a ti; no

- Mi frente es pálida; mis trenzas de oro
puedo brindarte dichas sin fin;
yo de ternura guardo un tesoro;
¿a mí me llamas? -No; no es a ti.

- Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible;
no puedo amarte. -¡Oh, ven; ven tú!"


 Un lobito bueno, José Agustín Goytisolo

 Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.


Sueño, Federico García Lorca

Iba yo montado sobre
un macho cabrío.
El abuelo me habló
y me dijo:
Ese es tu camino.
"¡Es ése!", gritó mi sombra,
disfrazada de mendigo.
"¡Es aquel de oro!", dijeron
mis vestidos.
Un gran cisne me guiñó,
diciendo: "¡Vente conmigo!"
Y una serpiente mordía
mi sayal de peregrino.

Mirando al cielo, pensaba:
"Yo no tengo camino.
Las rosas del fin serán
como las del principio.
En la niebla se convierte
la carne y el rocío.
Mi caballo fantástico me lleva
por un campo rojizo."
"¡Déjame! », clamó, llorando,
mi corazón pensativo,
Yo lo abandoné en la tierra,
lleno de tristeza. Vino
la noche llena de arrugas
y de sombras. Alumbran el camino,
los ojos luminosos y azulados
de mi macho cabrío.



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